Sentado en su nueva
oficina, un abogado recién graduado esperaba su primer cliente. Al escuchar que
la puerta se abría, rápidamente levantó el teléfono para hacer creer que estaba
muy ocupado. El visitante pudo escuchar al joven abogado decir: "Manuel,
volaré a Nueva York para ver si resuelvo el caso del cliente aquel. Parece que
esto va a ser algo grande y más difícil de lo que pensábamos. También
necesitamos traer al experto americano, míster Craig, para que nos de su
opinión. Manuel, excúsame ahora un momentito, pues alguien acaba de
llegar". Y cortó.
Dirigiéndose entonces al hombre que acababa de entrar, el abogado dijo:
"Bien, ¿en qué puedo ayudarle, señor?" Con una gran sonrisa, el hombre contesto: "Estoy aquí solo para instalar el servicio a su teléfono."
Mas allá de cuantas personas tengamos la capacidad de engañar desde atrás de nuestras máscaras bien puestas, siempre habrá alguien que sabe quiénes somos realmente. Es importante entender que: " La imagen, es lo que las personas piensan que somos, pero la integridad es quiénes somos realmente".
Dirigiéndose entonces al hombre que acababa de entrar, el abogado dijo:
"Bien, ¿en qué puedo ayudarle, señor?" Con una gran sonrisa, el hombre contesto: "Estoy aquí solo para instalar el servicio a su teléfono."
Mas allá de cuantas personas tengamos la capacidad de engañar desde atrás de nuestras máscaras bien puestas, siempre habrá alguien que sabe quiénes somos realmente. Es importante entender que: " La imagen, es lo que las personas piensan que somos, pero la integridad es quiénes somos realmente".
Colaboración de Varinia Martínez
Depto. Auditoria, Banco León
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